¿Quién no ha lidiado más de una vez con los temibles puntos negros? Eliminarlos o disminuir su apariencia es cuestión de paciencia, cuidados y la elección de los productos adecuados. Aquí nuestra guía de esenciales.
No importa si tienes 15 o 30 años, los puntos negros son una amenaza para todos, independientemente de tu edad, color o tipo de piel. Y aunque no representan un problema grave de salud, pero si una amenaza a la estética, son una de las afecciones cutáneas más comunes e indeseables, especialmente en la adolescencia y adultez temprana.
Llamados también comedones abiertos, no son más que una imperfección cutánea que se forma cuando los poros se obstruyen con una mezcla de sebo (grasa natural de la piel), células muertas e incluso, bacterias. A diferencia de los puntos blancos (comedones cerrados), los puntos negros tienen una abertura en la superficie del poro, lo que permite que el contenido se oxide al contacto con el aire y adquiera ese temido y molesto color oscuro.
¿Por qué aparecen? Entre las causas más comunes están la producción excesiva de sebo, que ocurre generalmente durante la pubertad o cambios hormonales; la acumulación de células muertas que no se eliminan correctamente de la piel; el uso de cosméticos o cremas
comedogénicas con ingredientes que obstruyen los poros; la contaminación y suciedad que se adhiere a la piel durante el día; los factores hormonales como el ciclo menstrual, el embarazo o el uso de anticonceptivos; una dieta alta en azúcar, grasa y alimentos ultra procesados o incluso el estrés o la herencia genética.
La mayoría sabe diferenciar los puntos negros del acné o de los puntos blancos, sino es tu caso, solo debes observar bien su apariencia, que se presenta como pequeñas protuberancias oscuras (negras o marrón oscuro), no se inflaman, por lo que no duelen al tocarlos. Suelen aparecer en la nariz, mentón, frente, mejillas y también en la espalda o en el pecho.
Aunque a nadie le gusta tener puntos negros, con preocuparnos no haremos más que promover su aparición. Cuando conocemos bien a nuestro enemigo sabemos como enfrentarlo. Así que es momento de tomar manos en el asunto y comenzar un plan de ataque que combine higiene, exfoliación regular, y el uso de ingredientes activos que regulen la producción de sebo y limpien los poros.
El primer paso, y uno de los más importantes, es la limpieza. Elige un limpiador suave, no comedogénico, y úsalo dos veces al día. Recuerda que debes evitar jabones agresivos que irriten la piel.
Te recomendamos: Anti-Blemish Solutions™ Cleansing Gel de Clinique, limpiador medicado y libre de aceite con ácido salicílico que ayuda eliminar los brotes y los puntos negros y ayuda a controlar el exceso de grasa; Gel Limpiadora de Carbón Skinactive de Garnier, elimina eficazmente el exceso de sebo y las impurezas, reduce visiblemente los puntos negros y también protege de su reaparición; Take The Day Off™ Bálsamo Limpiador de Carbón de Clinique, desmaquillador en una fórmula de bálsamo sedoso, con carbón japonés para desintoxicar y eliminar el exceso de grasa. Desintoxica y destapa los poros, ayudando a eliminar la suciedad, el aceite, la contaminación y otras impurezas.
El exfoliante es un aliado imprescindible, especialmente aquellos cuyas fórmulas incluyan ingredientes como ácido salicílico, que penetra los poros y disuelve el sebo y ácido glicólico o láctico, que ayuda a eliminar células muertas.
Te recomendamos: PureActive Intensive 3 en 1 Carbón Anti Puntos Negros de Garnier, gel enriquecido con ácido salicílico, activo anti bacteriano y carbón activo purificante. Se puede usar como limpiador, exfoliante para desincrustar incluso los puntos negros más rebeldes o como mascarilla para neutralizar el brillo; Fluido Exfoliante Antiblemish de Clinique, exfolia y reduce el exceso de grasa que puede provocar brotes. Destapa los poros y controla el exceso de brillo; RE-Move de My Clarins, polvo exfoliante que elimina suavemente las impurezas para una piel limpia y purificada. Su extracto de moringa descongestiona la piel en la superficie y elimina los restos de contaminación; 7 Day Scrub Cream Rinse-Off de Clinique, crema exfoliante desarrollada por dermatólogos que refina la textura, ayuda a alisar, pulir la piel y destapar los poros.
En la rutina no pueden faltar las mascarillas purificantes. Las más recomendables son las de arcilla o carbón activado, que absorben impurezas y que puedes usar de una a dos veces por semana.
My Clarins Clear-Out, mascarilla que ayuda a eliminar los puntos negros, disminuyendo la visibilidad de los poros y reduciendo visiblemente los brillos; Crema Exfoliante + Mascarilla All About Clean Carbón de Clinique, mascarilla de doble acción que purifica y limpia la piel. El carbón de bambú natural y la arcilla de caolín eliminan la contaminación y las impurezas mientras que las partículas de sílice natural mejoran la textura suavemente; The Purifying Clay Mask de Yves Rocher, esta mascarilla con arcilla purifica y matifica intensamente la piel. Está formulada con hierbabuena bio, reconocida por sus propiedades refrescantes.
Según tu tipo de piel, puedes recurrir a tratamientos purificantes, sueros correctores o cremas hidratantes con ingredientes como retinol, que promueven la renovación celular y desobstruyen los poros. Lo ideal es consultar a un experto sobre el uso de productos específicos que pueden reducir la aparición de puntos negros y suavizar su aspecto.
Te recomendamos: Clear-Out Stop Imperfections de My Clarins, tratamiento purificante específico para secar y atenuar visiblemente las imperfecciones. Su textura de gel fresco calma la sensación de escozor; Smart Clinical Repair de Clinique, suero hidratante con retinoide potente, para la renovación celular sin irritación; ácido hialurónico y CL1870 Laser Focus Complex TM: una mezcla experta de péptidos, diseñada para ayudar a fortalecer la estructura del soporte de la piel.
También es importante complementar las medidas básicas de limpieza del rostro con la implementación de hábitos saludables como el consumo de una dieta alta en frutas, verduras y baja en grasa y carbohidratos; evitar tocarse el rostro reiteradamente y cambiar las fundas de las almohadas de manera habitual, ya que acumulan bacterias, sebo y células muertas.
En cuanto al uso del maquillaje, opta por productos no comedogénico, que no incrementan la producción de sebo. Asegúrate de tener el rostro limpio y humectado al momento de aplicarlos.
Si ninguna de las medidas tiene efecto y los puntos negros son muy severos, es necesario acudir al dermatólogo para un diagnóstico del estado de la piel y la prescripción de tratamientos tópicos u orales, en función de la naturaleza de tu problema.