El brillo volvió para quedarse. El lip gloss se reinventa con texturas ligeras, acabados 3D y tratamientos hidratantes que transforman los labios en segundos. Descubre por qué este icono de los 2000 vuelve a ser el imprescindible del maquillaje actual gracias a uno de sus máximos promotores.
Recuerdo perfectamente cómo los Juicy Tubes de Lancôme marcaron un antes y un después en el beauty look contemporáneo. Corría el año 2000 y, en los albores de una nueva década, descubrimos en el brillo jugoso de aquel labial la mejor forma de expresar nuestra libertad y capturar el espíritu optimista del nuevo milenio.
En el corazón de esta causa quedó grabada para siempre una figura que cambió la historia de la belleza y la solidaridad: la empresaria y filántropa Evelyn H. Lauder, quien no solo formó parte de una de las marcas más icónicas del mundo, sino que también dio vida a un símbolo universal: el lazo rosa.
Atrás quedaban los tonos neutros y mates de los años 90. Juicy Tubes irrumpió con una explosión de rosas y rubíes que pintaron los labios de todas, sin importar la edad. ¡El lip gloss comenzaba su reinado!
Aunque su origen se remonta a los años 30 —cuando fue creado para que los labios de las actrices lucieran más brillantes en la gran pantalla—, la fiebre del lip gloss alcanzó su punto máximo con el paso del tiempo, hasta convertirse en un imprescindible del maquillaje. No hubo marca que no lanzara su versión, cada una más innovadora que la anterior.
Hoy, veinticinco años después, el lip gloss se reinventa y regresa con más fuerza que nunca. Las nuevas fórmulas ofrecen una experiencia sensorial mucho más cómoda, nutritiva y elegante. El brillo vuelve a ser sinónimo de sofisticación, frescura y juventud.
Las tendencias de belleza actuales celebran la naturalidad y el “efecto piel saludable”. En los labios, esto se traduce en texturas ligeras y luminosas que realzan el tono natural sin sobrecargar. Además, el lip gloss encaja a la perfección con la estética “clean girl” y “glazed” que domina redes y pasarelas: una belleza sin esfuerzo, pero llena de vida.
Hoy existen tantas versiones —con propiedades hidratantes, efecto volumen o acabados cremosos— que elegir una puede parecer abrumador. Al menos eso pensaba hasta que, volviendo a mis raíces, descubrí el nuevo Lip Idôle Juicytreat de Lancôme: un gloss hidratante que transforma la rutina de labios con un brillo 3D espectacular y, lo mejor de todo, sin sensación pegajosa.
Enriquecido con un 20% de escualano, un aceite natural que mantiene la piel hidratada y protegida hasta por 24 horas, este lip gloss también ayuda a rellenar y suavizar las líneas de expresión gracias al ácido hialurónico. Su innovador aplicador Maxi Lip-Hugging se adapta perfectamente a la forma de los labios, garantizando una aplicación precisa y uniforme en una sola pasada.
Han pasado más de dos décadas desde el lanzamiento de los icónicos Juicy Tubes, y quienes tuvimos la suerte de usarlos en los inicios del nuevo siglo sabemos que nuestras necesidades han evolucionado. Por eso emociona encontrar fórmulas renovadas como Lip Idôle Juicytreat, con una textura ligera, efecto refrescante gracias al mentol y un confort absoluto que potencia el volumen natural de los labios. Disponible en múltiples tonos, este gloss con ácido hialurónico es el aliado ideal para lograr ese look luminoso y jugoso que tanto amamos.
Y si te preguntas: ¿será para mí el lip gloss? La respuesta es un rotundo sí. El brillo labial es uno de los productos más inclusivos del maquillaje: favorece a todas las edades y tonos de piel. En rostros jóvenes aporta frescura; en pieles maduras, efecto de volumen y suavidad. La clave está en elegir el acabado adecuado: más traslúcido para un look natural o con un toque de shimmer para un aire glam.
El efecto es instantáneo: un simple toque de gloss puede iluminar la expresión, suavizar los rasgos y aportar ese halo de frescura que transforma cualquier maquillaje.