Dicen que el perfume que usamos, va un paso delante de nosotros, anunciando nuestra llegada, marcando nuestro sello personal. Para crear la mejor impresión es importante seguir ciertos consejos. Aunque no lo creas, por muy exquisita que sea una fragancia, podemos cometer errores que pueden anular su efecto mágico. Aquí, los más frecuentes.
T odos conocemos a alguien así, que se acerca, te saluda y conversa sin parar mientras tú te sientes abrumado, envuelto por la intensa nube de su fragancia. Finalmente se despide y sientes que dejó impregnado todo a su paso. “¿No notará que abusa del perfume y se aplica demasiado?”, te preguntas.
Históricamente, el perfume es símbolo de buen gusto, elegancia y refinamiento, está asociado con el poder, amor, seducción, éxito profesional e incluso con el estatus añorado. ¡Es increíble como un hermoso frasco nos permite soñar, un capricho al alcance de la mayoría que despierta diversas emociones! Pero si no lo sabemos usar, puede provocar un efecto indeseable.
Para sacar el mayor provecho de las notas de tu fragancia favorita es necesario tomar en cuenta ciertos factores clave. Primero, evita el error más común de todos: frotar la esencia en tus muñecas. Cuando se crea esa fricción, la piel se calienta, produciendo enzimas naturales que pueden cambiar el aroma original del perfume. No hay problema alguno en aplicarlo en esa zona, siempre y cuando lo dejes secar naturalmente, no necesitas hacer nada más.
Para asegurar un poco más de fijación de la fragancia es recomendable aplicarla sobre la piel hidratada, ya que el aroma no perdura en la piel seca. Puedes aplicar luego de humectar con una crema neutra. El mejor momento para ponerte perfume es al salir de la ducha, no solo porque la piel está limpia sino también húmeda, lo que crea la condición óptima para absorberlo. Concéntrate en los puntos clave: en el pulso del cuello, muñecas, detrás de las orejas, en la parte interna de los codos o incluso, detrás de las rodillas.
Rocía el perfume, apuntando hacia ti, a una distancia de entre 10 y 15 centímetros. Deja pasar al menos unos cinco minutos antes de vestirte. Recuerda evitar aplicar en las zonas propensas al sudor, donde se puede crear un contraste desagradable.
Otro error muy común que solemos cometer es aplicar perfume directamente sobre la ropa, un gesto habitual que puede dañar los tejidos y causar manchas en la prenda. No olvides que el perfume contiene alcohol y aceites que pueden interactuar con los tintes y fibras de la tela, causando decoloración o manchas difíciles de quitar. Además, el aroma se puede percibir de manera diferente en la piel que en la ropa, y puede tener el efecto contrario que esperas.
Aunque deseamos que el aroma perdure, por favor, no abuses del perfume. No importa cuánto te gusta, ponerte demasiado no solo proyecta una mala imagen, sino que se vuelve desagradable e invasivo para los que te rodean. En el caso que sientas que te pasaste del límite, humedece un disco de algodón con alcohol y frota en algunas de las áreas donde te aplicaste la fragancia. También puedes usar una toallita desmaquillante, siempre y cuando sea de aroma neutro.
Al elegir una fragancia, es muy importante conocer la diferencia entre la colonia y el perfume, la que radica en el porcentaje utilizado de aceites esenciales diluidos en el alcohol que se utiliza en la mezcla. El agua de colonia sólo contiene entre un 3 y un 5 por ciento de aceite esencial, por eso tienen un aroma refrescante y volátil. Los eau de toilette contienen aproximadamente un 15 por ciento de aceites esenciales. Perfuman, pero no duran más de tres horas. Mientras, el eau de parfum concentra más o menos un 20 por ciento de aceites esenciales, lo que permite que la fragancia sea duradera y se prolongue durante horas. El extracto de perfume es la forma más concentrada y pura, además de tener mayor duración que cualquier otra presentación.
En países como el nuestro, donde el verano es predominante la mayor parte del año, también resulta útil escoger aromas adecuados para cada clima. En general, para el verano se recomiendan fragancias ligeras y frescas, como los eau de toilette con notas cítricas y florales, idóneos para esos largos días de calor. Mientras, en invierno, resultan especialmente favorecedores los aromas más intensos y cálidos, como los eau de parfum, con notas amaderadas y especiadas.
Finalmente, para preservar el aroma, te recordamos almacenar adecuadamente tus perfumes. Guárdalos siempre en un lugar fresco, oscuro y seco, lejos de la luz solar y fuentes de calor. Nunca lo mantengas en el baño y evita dejarlo destapado. Lo ideal es un armario o el tocador, siempre y cuando no esté expuesto a lo anterior.