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Como cuidar tu piel durante las vacaciones de verano

No queremos ser aguafiestas. Pero mientras comienzas a soñar con tu próximo destino de verano, hacemos una pausa obligatoria para recordar los daños que provoca a la piel la exposición prolongada a los rayos solares. Aquí, cómo prevenirlo y disfrutar al máximo tus vacaciones.

La verdad es que el sol no es mi mejor amigo. Sí, me encantan los días brillantes y los paisajes luminosos, pero no sueño con verme tumbada, con la piel naranja, en medio de un idílico escenario tropical a más de 40 grados de temperatura. ¡Definitivamente, no es mi postal de las vacaciones soñadas!

De niña, amaba los viajes familiares a la playa, y los sigo amando; pero confieso que odiaba sentir la arena ardiente bajo los pies y el sol abrasando mi piel. Desde esa época, cuando no tenía ni la mínima idea del significado de los rayos UVA y UVB, prefería jugar con las olas al amanecer y disfrutar la deliciosa brisa marina al atardecer. Así crecí y me acostumbré, luego con suficiente fundamento, a moderar mis aventuras bajo el sol.

No es que sea el grinch de las vacaciones de verano, pero estamos claras que ese color dorado de la piel que tanto le gusta a la mayoría, no es otra cosa que la forma en que nuestro cuerpo se defiende ante la radiación solar y lo promueven los melanocitos, las células que dan color a la piel. ¡Es la huella de una agresión!

Con lo anterior no estoy tratando de truncar tu próximo viaje a la playa, no, al contrario, solo deseo que tu próxima jornada bajo el sol sea de manera consciente, segura que tienes la protección adecuada para no terminar como una pasa deshidratada (y perdón que lo diga, arrugada).

A estas alturas, ya tengo plena claridad que a pesar que los rayos UVA o ultravioleta son los que menos energía tienen, también son capaces de penetrar profundamente en la piel y provocar esas manchas oscuras no deseadas, líneas finas, tono de piel irregular y arrugas. Se que pueden incluso atravesar el cristal de las ventanas de los autos, casas y oficinas, y que, sin la protección adecuada, pueden propiciar una modificación del colágeno de la piel y la elastina, favoreciendo la aparición de marcas de la edad y signos prematuros de envejecimiento.

Por su parte, los rayos UVB, que representan alrededor del 5 por ciento de la radiación que llega a la tierra, tienen más energía que UVA pero se quedan en la epidermis, la capa más superficial de la piel, activando la melanina, provocando el tono dorado que algunas buscan, pero también las quemaduras, rojeces, descamación, alergias o incluso, cáncer de piel.

Ante esos hechos me siento obligada a escribir una vez más sobre cómo disfrutar de forma moderada las vacaciones bajo el sol. Aún faltan unas semanas así que estás a tiempo de poner en marcha el plan. ¿Por dónde comenzamos? Seguro acertaste, por intensificar tu rutina de skincare al máximo. Mientras llega el día del viaje, no importa lo cansada que estés, debes cumplir con los dos rituales diarios de cuidado de la piel. Hidratar, hidratar, hidratar, esa es la consigna. También hay que hacerlo desde adentro hacia afuera, consumiendo suficientes líquidos, que de paso te ayudarán a resistir el calor, y abundantes porciones de verduras y frutas de temporada.

Luego, descartaremos los protectores solares que adquirimos para las vacaciones del año pasado y nos iremos de compras, ¿por qué? Porque los envases estuvieron expuestos a altas temperaturas y después de doce meses, la fórmula de esos productos puede volverse inestable y distribuir los ingredientes activos de forma desigual. Además, ha perdido en gran parte su capacidad de protección, aumentando el riesgo de quemaduras solares, cáncer de piel y otros daños.

Ni se te ocurra seguir los consejos de TikTokers y embadurnarte de mezclas de zanahoria o aceite para “un dorado de ensueño”. Olvídalo, tu misión es blindar la piel con un producto de calidad con un factor de protección alto. Recuerda que el número de FPS que figura en el envase indica el tiempo que la piel puede estar expuesta al sol sin quemarse.

Cuanto más alto el FPS, mayor protección contra los rayos solares; cuanto más bajo, más frecuentemente habrá que reaplicar el producto. Y como sabemos que nos cuesta hacerlo, lo ideal es utilizar un factor superior a 50 y reaplicar cada dos horas como mínimo. En lo personal, suelo usar un producto para el rostro y otro para el cuerpo, es una elección, lo importante es nunca, nunca, exponerte sin protección.

Te recomendamos: Para el cuerpo: Protector Solar Leche en Spray Corporal by Clarins: spray de cuidado solar lechoso de muy alta protección con una textura ligera que se absorbe fácilmente para una piel cómoda e hidratada; Leche Protección Solar Corporal SPF 50 by Yves Rocher, su fórmula ligera y resistente al agua es ideal para todo tipo de piel, brindando una sensación de confort sin dejar residuos grasos; Fluido Protector Solar Mineral™ SPF 50 by Clinique, protector solar 100% mineral, ultra ligero y prácticamente invisible, increíblemente cómodo, incluso para pieles sensibles.

Para el rostro: Protector Solar SPF 50+ by Bioaqua, enriquecido con propiedades hidratantes, calmantes y protección antioxidante, no es graso y es libre de fragancia y parabenos; Protector Solar Rostro UVA/UVB 50+ by Clarins, tratamiento de protección muy alta antioxidante para todas las pieles, hidrata y es de acabado de tacto seco y aspecto mate; Le Soin Noir Protector Solar by Givenchy, protector solar fluido con una textura ligera que se funde en la piel, formando un escudo protector contra el fotoenvejecimiento y la agresión externa; Fluido Protector Solar Superdefense™ City SPF 50 by Clinique, protector solar revitalizante de uso diario que actúa durante todo el día para defender la piel y mantenerla revitalizada y UV Defense High Protection Fluid by Biotherm Homme, formulado para mantener la elasticidad y firmeza de la piel masculina. Ofrece una protección superior contra los rayos UV. Previene el envejecimiento prematuro y la formación de manchas oscuras.

Ahora bien, repasemos la lección de cómo aplicar el protector solar. Al menos media hora antes de la exposición, el protector solar debe utilizarse generosamente sobre toda la piel expuesta, especialmente en la nariz, orejas, cuello, manos, pies, labios y frente. Un adulto o un niño de tamaño promedio necesita al menos 28 gramos de protector solar, equivalente a una cucharada sopera colmada, para cubrir el cuerpo de manera uniforme.

No te emociones pensando que porque usas un producto de FPS alto puedes pasarte el día entero bajo el sol caribeño, nada más lejos de la verdad. Nada, absolutamente nada, cambia la regla: las horas adecuadas para tomar el sol en la playa son antes de las 10 de la mañana y después de las 4 de la tarde. A esa hora, los rayos UVA son menos intensos y se puede tomar el sol con mayor seguridad.

Nadie quiere volver a casa con la piel opaca, seca y escamosa. ¡La peor pesadilla veraniega! Así que adicionalmente presta atención a la ropa que usas, procurando siempre llevar prendas frescas y ligeras como vestidos y pantalones largos, idealmente diseñados con foto protección, así como sombreros de ala ancha, y claro, anteojos de sol. Asegúrate que en su etiqueta incluya la frase con clasificación UV400 o con la etiqueta 100 % de protección UV. Estas gafas bloquean más del 99 % de la radiación UVA y UVB y ofrecen la máxima protección contra los rayos UV.

Al final de cada jornada bajo el sol, toma una ducha con agua fría e intensifica tu rutina de belleza. Evita el agua caliente ya que puede provocar resequedad y remover los aceites naturales de la piel. Usa un limpiador suave para el rostro y prescinde de cualquier exfoliante. Quizás luzca un tanto enrojecida, por lo que debes enfocarte en hidratar bien la piel, sin olvidar las orejas, cuello, hombros, y todas las áreas expuestas al sol.

Si sientes que te excediste un poco, prefiere hidratantes que contengan aloe vera, que podrían ayudar a calmar y refrescar la piel. Termina con el paso a paso normal de tu rutina. Si sigues al pie de la letra estos cuidados, ¿qué podría salir mal? La prevención es la clave y la protección, la única forma segura de disfrutar el verano.

Te recomendamos: Crema Hidratante Moisture Surge™ SPF 25 by Clinique, una crema similar a una nube con Aloe Bioferment + HA Complex y provitamina D penetra profundamente en la superficie de la piel para una hidratación estabilizadora durante todo el día; Body Smoothing Moisture Milk by Clarins, una leche corporal ligera e hidratante a base de aloe vera y karité que suaviza, calma e hidrata durante 48 horas. Totalmente suave, la piel está lisa y recupera su tacto aterciopelado. Hydra Zen Glow Moisturizer by Lancome, elaborada con 14 aminoácidos, ácido hialurónico, aloe vera y extracto de rosa, mejora la capacidad natural de la piel para prevenir la pérdida de agua, defiende de la contaminación y brinda protección antioxidante.

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